Alimentación emocional: comer no es el problema, es el síntoma

Muchas veces creemos que nuestro problema es la comida. Que comemos mal, que no tenemos fuerza de voluntad, que no somos capaces de seguir una rutina. Pero la verdad es que, en la mayoría de los casos, lo que pasa con la comida es solo un reflejo de lo que está pasando dentro. Comer por ansiedad, por tristeza, por aburrimiento, por necesidad de consuelo… no es debilidad. Es una forma de gestionar emociones cuando no tenemos otra. El problema no es el acto de comer. El problema es el vacío que estás intentando llenar. La tensión que intentas calmar. La emoción que intentas anestesiar. La alimentación emocional no se corrige con una dieta ni con una tabla de calorías. Porque no es un problema de comida, sino de desconexión contigo misma. Comer cuando no tienes hambre física no es un fallo. Es una señal. Tu cuerpo y tu mente están intentando decirte algo. Y en lugar de castigarte por eso, necesitas empezar a escucharte. Preguntarte: ¿qué me está pasando realmente? ¿Qué necesito en este momento? ¿Qué estoy intentando tapar? Cuando abordas la alimentación emocional desde la culpa, entras en un bucle: comes, te sientes mal, te castigas, vuelves a comer. Pero cuando lo haces desde la compasión, puedes romper ese ciclo. No para dejar de comer emocionalmente de un día para otro, sino para empezar a entenderte. Y desde ahí, empezar a elegir distinto. No desde la fuerza, sino desde la conciencia. En Bienestar con alma acompaño procesos en los que no hablamos solo de comida, sino de lo que hay detrás. Trabajamos con tus emociones, tus creencias, tus bloqueos y tus hábitos desde un enfoque realista y humano. Porque tú no necesitas otra dieta. Necesitas verte con más claridad y cuidarte con más raíz. Si sientes que la comida se ha convertido en una forma de lidiar con lo que no sabes cómo expresar, estoy aquí para ayudarte a comprenderlo sin juicio y desde dentro. 📩 bienestarconalma11@gmail.com

Bienestar con alma

5/9/20241 min read